Una identidad gustativa real
Carne firme y generosa, equilibrio perfecto entre crujiente y fundente, intensidad yodada prolongada en boca: la ostra Henri IV seduce por la riqueza de sus sabores. Una ostra de conocedores, reservada para los paladares más curiosos.
- Textura crujiente y sedosa
- Sabor refinado del terruño
- Notable persistencia en boca
- Cantidad generosa de carne

Una joya forjada por los elementos
La ostra Henri IV obtiene su originalidad en las aguas vivas de Normandía, agitadas sin descanso por el viento del noroeste y las depresiones oceánicas. Estas corrientes, alimentadas por el calor del Gulf Stream, oxigenan los parques de ostras y vierten en ellos su rico fitoplancton. Una alquimia que da al Henri IV su sabor contrastado, vibrante y refinado.
Cuatro años de paciencia para una joya única
Como un gran vino pacientemente elaborado, la ostra Henri IV se distingue por una alquimia perfecta entre el saber hacer tradicional y la innovación. Cuatro años de atención meticulosa, que la lleva hasta su plenitud gustativa.
- 48 meses de maduración en bolsas giratorias, para concentrar la energía en la carne.
- Selección manual rigurosa para seleccionar solo las piezas más destacadas.
- Reducción del contenido de agua salada debido al crecimiento lento.

Envasado y exportación controlados
Las ostras Henri IV se calibran y clasifican cuidadosamente. Gracias a una logística internacional muy sofisticada, viajan vivas, frescas e intactas hasta las mesas gastronómicas de todo el mundo.
- Cestas tradicionales de madera
- Cadena de exportación con temperatura controlada
- Garantía de frescura absoluta
- Trazabilidad y prácticas sostenibles

Una joya gastronómica muy apreciada por los chefs
Gracias a su fuerza yodada y su carne carnosa, la ostra Henri IV se invita a sí misma en las cartas de los mejores establecimientos. Degustada al natural, realzada por un maridaje de gran calidad o sublimada por recetas exclusivas, se presta a todos los placeres.
El legado de un rey, la firma de una ostra
Enrique IV, rey de Francia entre 1589 y 1610, gran amante de las ostras, contribuyó a democratizar su consumo en Francia. En su honor, la finca marítima Navarre creó la ostra Enrique IV, la joya de su gama. Símbolo de prosperidad y renovación, une el legado histórico del rey con la excelencia ostrícola normanda. Una cosecha marina única, que da sentido a la experiencia culinaria contemporánea.
Ostras Navarra: una colección completa
Cuatro ostras, cuatro caracteres, una misma firma de excelencia
Fruto de la riqueza del terruño marítimo normando, moldeado por la naturaleza y el saber hacer, la colección Navarre reúne cuatro ostras excepcionales. Como una cosecha marina, cada una expresa su propia identidad.

La Gamèn’
La ostra cóctel por definición, pequeña e intensa, con un sabor explosivo moldeado por las grandes mareas de Gouville-sur-Mer. Ya aclamada por chefs de todo el mundo.

La Fine de Normandie
Una ostra delicada, crujiente y con sabor a mar, reconocida por la Indicación Geográfica Protegida. Símbolo de delicadeza y equilibrio marino.

La Antílope 1858
Carnosa y sabrosa, una ostra especial, heredera de una historia marítima única en las costas del Cotentin. Un carácter único, entre potencia y elegancia.
Realce sus creaciones con la ostra Henri IV de Navarra
L’Huître Henri IV est l’étendard royal de nos cuvées marines. Un joyau parfait pour magnifier vos cartes gastronomiques et vos évènements d’exception.